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CCC - Artículo del Dr. Alfonso Larqué Saavedra



Title: Xxxxxx

DR. WOLF LUIS MOCHAN BACKAL

INSTITUTO DE CIENCIAS FISICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

Presente

 

Adjunto al presente mensaje me permito hacerle el artículo escrito por el consejero Dr. Alfonso Larqué Saavedra, titulado, “La ciencia, una larga historia en Yucatán”, publicado el día de hoy en la sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy.

Aprovecho la ocasión para mandarle un cordial saludo.

 

Atentamente,

 

Dr. Rigoberto Aranda Reyes

Secretario Ejecutivo Adjunto

 

Consejo Consultivo de Ciencias de la

Presidencia de la República

 

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Alfonso Larqué Saavedra | Opinión  2011-08-24 |

 

 

La ciencia, una larga historia en Yucatán

En la gran cruzada nacional señalada en la ley, de descentralizar la ciencia y la tecnología en nuestro país, es particularmente importante resaltar cualquier antecedente de la riqueza que existe en los diferentes estados y regiones de nuestro país, en lo que se refiere a estos campos, con el objeto de que se avale debidamente la cultura de estos sectores fuera del centro del país. Las políticas exitosas se apoyan en actores y hechos que allanan y permiten capitalizar las iniciativas sensatas y dan rumbo y certeza a cualquier inversión.

Es en este tenor que vale la pena referir un evento realizado el pasado 14 de julio de 2011 en la ciudad de Mérida, por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) Sección Sursureste y la coordinación de Agrociencias, conjuntamente con el Sistema de Investigación Innovación y Desarrollo Tecnológico de Yucatán (Siidetey), en el que se entregaron reconocimientos a cuatro yucatecos sobresalientes que han impulsado la ciencia, la tecnología y la cultura de su estado.

Yucatán, independientemente de la riqueza de las aportaciones de la cultura maya, es un estado con antecedentes serios para valorar la cultura de la ciencia y la tecnología desde el siglo XIX. La búsqueda histórica señala que el 6 de mayo de 1849 se fundó la Academia de Ciencias y Literatura de Mérida, cuyo primer presidente fue el doctor Gerónimo Castillo, sentando de esta forma un antecedente de gran importancia para la historia de la ciencia en este país. Pero no fue un hecho aislado, ya que anteriormente, el 28 de septiembre de 1846, se fundó —por el estimulo del español don José Manuel Quintana— la “Lonja Meridana”, que cultivaba fundamentalmente las letras. Años después, el 12 de septiembre de 1867, se fundó la Sociedad Médico Farmacéutica de Mérida y, el 24 de abril de 1870, el Liceo de Mérida. Unos años más tarde, el 12 de septiembre de 1875, se estableció la Academia de Literatura de Yucatán, cuya primera junta directiva fue presidida por el doctor Fabián Carrillo.

Estos antecedentes dan idea de la cultura que prevalece desde entonces en Yucatán. La AMC fue fundada el 12 de agosto de 1959, en la ciudad de México, pero fue hasta el 16 de octubre de 1998, bajo la presidencia del doctor Francisco Bolívar Zapata, que promueve el primer evento de esta Academia en la Península de Yucatán: El foro de seguridad y soberanía alimentaria, que tendría lugar precisamente en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).

Sin abundar más en los antecedentes de la cultura científica de Yucatán, hay dos hechos relevantes para la ciencia del siglo XXI en Yucatán. La creación de la sección regional de la AMC el 7 de septiembre de 2000, misma que ha funcionado desde entonces de manera ininterrumpida, por el interés y apoyo de todos sus miembros; y la fundación —el 26 de mayo de 2008— del Sistema de Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico de Yucatán(Siidetey), que integra a las 10 instituciones públicas más importantes del estado y que, siguiendo la formalidad y la cultura yucateca, quedó plasmado en la ley correspondiente, publicada en marzo del presente año, en el marco de la Política de Estado, otro hecho de gran relevancia histórica para México.

Teniendo estas dos columnas que suman voluntades y cuyo objetivo común es potenciar la ciencia y la tecnología como palanca del desarrollo, es que se enmarca el evento referido del pasado 14 de julio, y que congregó a numerosos académicos, personalidades del sector social y político de Yucatán, quienes escucharon los mensajes de los homenajeados, y expresaron su beneplácito por el evento convocado por estas dos instituciones.

Los reconocimientos fueron entregados al ingeniero químico Adolfo Patrón, por su contribución en la creación de la industria Resistol —uno de los más grandes éxitos de la química aplicada a nivel nacional—. Su participación fue fundamental para impulsar la empresa familiar que había sido fundada en Yucatán y que, según sus palabras, inició con 5 trabajadores y, al momento de su jubilación, tenía 5,000 empleados. La historia de esta empresa mexicana tiene además el componente de iniciar la generación de sistemas de mercadotecnia, para su posicionamiento a nivel nacional

Otro reconocimiento se otorgó al ingeniero industrial Fernando Ponce García, por su gran impulso al premio nacional de ciencia y tecnología de alimentos que otorgan la industria Coca-Cola —de la cual él es miembro— y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y que tiene ya 35 años de entregarse de manera ininterrumpida. Este premio es un referente nacional de la investigación que se desarrolla en este campo de gran importancia para México. Ponce García es un empresario de gran visión que ha generado más de diez mil empleos y que ha considerado siempre a la ciencia y a la tecnología como fundamental para impulsar al país.

Un reconocimiento más fue entregado al ingeniero agrónomo Abdo Magdub, visionario impulsor de la empresa Akil de Yucatán, que es una agroindustria de cítricos que se fundó el 16 de noviembre de 1980, y que ha jugado un importante papel en el desarrollo rural. De igual manera hay que destacar que, conjuntamente con el entonces gobernador del estado, el doctor Luna Kan, en el año de 1977 se inició un convenio con la Universidad Autónoma de Chapingo, para desarrollar el primer proyecto de clonación in vitro del henequén, organismos que se sembrarían por el INIFAP en Yucatán años más tarde, dando así el reconocimiento a la importancia de la biotecnología agrícola.

 

También fue dado un reconocimiento a Fernando Castro Pacheco, nacido en 1918, reconocido como uno de los más grandes valores artísticos del estado, y cuya obra es apreciada nacional e internacionalmente. Gran pintor que, atendiendo la invitación del gobernador Loret de Mola, realizó una serie de murales en el Salón de la Historia del Palacio de Gobierno de Yucatán. Su obra refleja entre otros mensajes la situación social del campesino maya en la gran época de la explotación del henequén.

 

Miembros de la AMC de la sección sursureste fueron los encargados de presentar a los cuatro distinguidos yucatecos, haciendo una semblanza de cada uno de ellos, hecho que permitió avalar la trascendencia de su trabajo. El impacto de sus contribuciones ha rebasado el ámbito local y son ampliamente reconocidos a nivel nacional.

De esta forma, la alianza de la AMC y del Siidetey es digna de reconocimiento. Los mensajes de la doctora Esperanza Tuñón por parte de la AMC y de Raúl Godoy por parte del Siidetey permitieron apreciar el interés y compromiso de impulsar la ciencia y la tecnología en un polo distante del centro del país. Seguramente el Conacyt, Conafor, Sagarpa, SEP y las demás secretarías de Estado federales, así como los organismos internacionales como la FORD, JICA, etcétera, seguirán de cerca el modelo de política de Estado que ya forma parte de la cultura local y que tiene actores que han demostrado que sí se financia la buena ciencia y tecnología, los resultados se transforman en bienestar social, como lo han demostrado con hechos los homenajeados durante su vida, en su estado y para su estado en principio. Hay que recordar que en 1852 el Gobierno del Estado de Yucatán, convocó a sus habitantes a desarrollar una máquina desfibradora para el henequén y que dicho desarrollo tecnológico transformó la economía del estado, hecho histórico que hace sentido si reiteramos que la Academia de Ciencias y Literatura de Mérida se fundó en 1849.

 

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