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CCC.-Artículo del Dr. Alfonso Larqué S.



Title: Xxxxxx

DR. WOLF LUIS MOCHAN BACKAL

CENTRO DE CIENCIAS FISICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

Presente

 

Me estoy permitiendo hacerle llegar el artículo escrito por nuestro consejero, Dr. Alfonso Larqué Saavedra, titulado “Las plantas del futuro”, publicado el día de hoy, en la sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy.

                    

Aprovecho la ocasión para enviarle un cordial saludo.

 

Atentamente,

 

Luz Elena Cabrera Cuarón

Secretaria Ejecutiva Adjunta

Consejo Consultivo de Ciencias de la

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Dr. Alfonso Larqué Saavedra | Opinión

Miércoles 17 de Dic., 2008

Las plantas del futuro

En tiempos recientes se han hecho públicos tres grandes problemas que enfrenta la humanidad: alimentos, energía y cambio climático-contaminación.

Para los tres Jinetes del Apocalipsis, los científicos han pensado y resuelto recurrir al reino vegetal para paliar este momento crítico para la humanidad.

En el campo de los alimentos, la FAO hizo un claro señalamiento: mientras en el año de 1986 existían en los bancos de alimentos, granos para alimentar a la humanidad por 130 días, para junio de 2008 sólo existen en reserva granos para 26 días, es decir, una disminución del 80%. Esta caída catastrófica tiene varias lecturas, pero es el reflejo de profundas alteraciones en el modelo de desarrollo que se venía practicando en el siglo XX, y que ha tenido consecuencias significativas en el precio de los alimentos. En otras palabras, la “comida barata se acabó”. Por supuesto que la compra de alimentos es una fuerte carga financiera, y tal restricción para muchos países generalmente acarrea problemas sociales, por lo que el Banco Mundial ha propuesto que se destinen cinco mil millones de dólares para la agricultura. El problema permanece, pues no se tiene claro de dónde se sacará tal recurso.

Nuestro país no es ajeno al alto costo de los granos, por ejemplo, tenemos que pagar los 10 millones de toneladas de maíz que importaremos este año. El haber desatendido el campo agrícola de México, que durante la década de los 60 tenía excedentes para exportar maíz, y el haber desarrollado la famosa revolución verde, fundamentalmente para trigo, producto del trabajo de muchos investigadores y productores agrícolas, está mostrando lo que se esperaba: que hay serias deficiencias en la producción de alimentos. La traducción es que las políticas de seguridad alimentaría propuestas a nivel nacional no funcionaron. Es cierto que México puede ante la crisis aumentar la producción de maíz, pero se tendrá que conocer el costo de producción de este grano.

Con la citada información, se podrá apreciar entonces que la importación de granos como alternativa política en el corto plazo funcionó porque era más económica la importación de granos del mercado internacional, que su producción. Pero en el largo plazo, estamos pagando a precio muy alto el costo de no haber financiado en el más amplio contexto la investigación agrícola y el desarrollo tecnológico para la seguridad alimentaria, por lo menos del maíz, que es la base de la alimentación del pueblo mexicano.

Los países están más atentos que nunca al tema de la seguridad alimentaria y están dispuestos a invertir en ella, porque es claro que en el corto plazo los alimentos serán cada vez más caros.

Pero qué opciones tenemos en México para hacer frente a este reto, partiendo del hecho que la producción de alimentos es y seguirá siendo en la mente occidental, una cuestión de mercado. Éste, que ha secuestrado al consumidor para que dependa su alimentación de aproximadamente 20 especies vegetales.

México, con las economías que genere, no tiene muchas opciones, o compra los alimentos en otros países o inicia un movimiento para darle el valor real a la etnobotánica mexicana, que refiere que el campesino mexicano obtiene su alimentación de más de 100 especies diferentes de vegetales.

Las plantas del futuro para enfrentar el reto las tenemos en casa a un costo marginal, y son las que ya conoce el campesino mexicano. Habrá que hacer un esfuerzo para que parte de los apoyos al campo se canalicen para producir estas especies que regularmente no están descritas en los textos de agricultura.

La riqueza en la biodiversidad de especies alimenticias de nuestro país ha sido enfatizada por la Sociedad Mexicana de Fitogenética, que desde 1978 realizó en la Universidad de Chapingo su primera reunión, con el fin de establecer listados de los recursos fitogenéticos de México.

El profesor Efraín Hernández X, del Colegio de Postgraduados, fue gran conocedor de la agricultura mexicana y promotor incansable de reconocer al campesino como la parte fundamental del proceso de domesticación y selección del germoplasma que dio a México el calificativo de ser uno de los centros más importantes del origen de la agricultura en el mundo. Planteó el considerar a las especies útiles no convencionales para la alimentación dentro de los planes de apoyo gubernamentales, para que se enriqueciera su conocimiento, preservación y potencial explotación ante una sociedad vulnerable que dependía únicamente de una veintena de plantas para su desarrollo. Es quizá el momento de apostarle a la tesis de Hernández y al trabajo de muchos años de la citada sociedad científica.

De manera semejante, para sustituir en parte la demanda de energéticos, se han seleccionado especies vegetales que puedan producir bioetanol o biodisel. Resalta en este sentido lo logrado por Brasil con la caña de azúcar y recientemente lo que se está consolidando con maíz, soya, sorgo dulce, jatropha y con algas.

Para el caso de México en los últimos meses, de manera muy firme, la Sagarpa anunció apoyos para la producción de plantas de las que se puedan extraer biocombustibles líquidos para mezclarlos con las gasolinas. Nuevamente la biodiversidad de especies vegetales en el país que puedan servir para tal fin es numerosa. De hecho hay especies de jatrophas o de algas que pueden tener dos propósitos, servir como fuente de energéticos y de alimentos. Sin embargo, hay que señalar que el camino para capitalizar todo el potencial de las especies no domesticadas es todavía largo y tendrán que hacerse ensayos si se desean hacer plantaciones comerciales. Los imponderables como plagas y enfermedades serán el primer reto a vencer.

Es riesgoso también sustituir el uso de las mejores tierras laborables para la producción de alimentos, por tierras para producción de biocombustibles.

Resulta por demás interesante el que se plantee utilizar algas como fuente de biodisel, lo que no afectaría la frontera agrícola. En este sentido hay que recordar también que ya los aztecas usaban el alga spirulina como fuente de proteínas para la alimentación. De esta forma estos vegetales marinos o de agua dulce tendrían un doble propósito, servir como fuente de energía y de alimentos. Afortunadamente existen en el país centros de investigación que están explorando esta alternativa con buenas perspectivas.

Finalmente, se tiene que mencionar que la contaminación y el cambio climático están con no-

sotros. Para la contaminación de suelos y cuerpos acuíferos se han propuesto a las plantas para que retomen un papel central en la biorremediación y restauración de hábitats. Ya hay por supuesto helechos y plantas superiores que se han utilizado para llevar a cabo esta penosa labor. Aquí nuevamente la riqueza en la biodiversidad jugará un papel fundamental para seleccionar aquellas que posean características favorables para estos fines, y que posteriormente los fitomejoradores realicen su trabajo de multiplicación de los caracteres favorables.

El cambio climático es un reto diferente. Las plantas cultivadas son en mayor grado susceptibles a fenómenos como los huracanes, sin embargo, existe vegetación natural, como pudo constatarse en los últimos eventos en la península de Yucatán, que tienen características favorables que les permiten sobreponerse a los fuertes vientos y afectación hídrica.

Una consecuencia lógica de lo señalado en los párrafos anteriores, es el establecimiento de bancos de germoplasma in situ y ex situ, que custodien y multipliquen los materiales sobresalientes para enfrentar las presiones señaladas. No se trata de hacer un listado genérico de lo que tenemos en el país, sino de un listado de aquellas plantas que el hombre ha probado como valiosas por su uso potencial, y está urgido de conocer más acerca de su biología. En tiempos recientes se han anunciado dos esfuerzos simultáneos en esta dirección, uno hecho por el presidente Calderón en el Foro Forestal, de establecer un banco en Jalisco y otro, un proyecto aprobado por el Conacyt a propuesta del estado de Yucatán, para establecer otro banco con características específicas no sólo de preservar el recurso sino también de favorecer su multiplicación y usos.

Dejemos claro que el hombre, ante las presiones de los Jinetes del Apocalipsis señalados anteriormente, recurre a los organismos vegetales para mitigar hasta donde sea posible las amenazas y pueda plantear y planear un nuevo modelo de sustentabilidad. De este esfuerzo concertado surgirán las plantas del futuro, de las que los biólogos moleculares podrán aislar genes y se sumarán a la cruzada urgente que hay que emprender en este país, para hacer frente a los retos de alimentos, energía y contaminación-cambio climático.


*Miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República (CCC)

*Presidente del Parque Científico-Tecnológico Yucatán e Investigador del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY)

consejo_consultivo_de_ciencias@ccc.gob.mx