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CCC.Artículo del Dr. Jaime Urrutia



Title: Xxxxxx

DR. WOLF LUIS MOCHAN BACKAL

INSTITUTO DE CIENCIAS FISICAS

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

Presente

 

 

Adjunto al presente mensaje me permito hacerle llegar el artículo escrito por el Consejero, Dr. Jaime Urrutia, titulado, “Ciencia, educación y desarrollo en África”, publicado el día de hoy en la sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy.

 

Aprovecho la ocasión para mandarle un cordial saludo.

 

 

Atentamente,

 

Dr. Rigoberto Aranda Reyes

Secretario de Comunicación

 

Consejo Consultivo de Ciencias de la

Presidencia de la República (CCC)

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Jaime Urrutia Fucugauchi* | Opinión  2011-02-02  

 

 

 

Ciencia, educación y desarrollo en África

 

 

 

En las últimas décadas, las naciones industrializadas han caminado hacia una economía globalizada impulsada fuertemente en los desarrollos científicos y tecnológicos. Estas tendencias han contribuido a aumentar la brecha entre las naciones desarrolladas y aquellas en proceso de desarrollo y menos desarrolladas; añadiéndose a la ya larga lista de diferencias económicas, sociales y políticas las diferencias en investigación científica, innovación, desarrollo tecnológico y educación. Algunos de estos países han tenido la visión y habilidades de incorporar acciones y mecanismos para impulsar el desarrollo científico y tecnológico como los países del sureste asiático; sin embargo, la mayoría -80% de la población mundial- tiene niveles de subdesarrollo y falta de capacidad en ciencia y tecnología. Como resultado, estos países que no tienen la capacidad para contribuir a la sociedad del conocimiento están relegados a consumir los nuevos avances y tecnologías. Los ritmos de cambio tecnológico ocasionan que, dadas las carencias en infraestructura básica en los países menos desarrollados, muchos de los avances inclusive sólo puedan ser parcialmente utilizados.

Como parte de los procesos de globalización, las economías de los países subdesarrollos han sido forzadas a incorporar políticas y acciones en economías orientadas al mercado. Desafortunadamente, la falta de infraestructura básica que soporte los mecanismos de operación de estas economías no permite que tengan éxito. En muchas naciones, los problemas de pobreza extrema, hambrunas, malnutrición, enfermedades infecciosas, conflictos armados, etcétera hacen el panorama aún más dramático y disminuyen las posibilidades de lograr avances, aun pequeños. Los mecanismos de ayuda internacional y de algunas naciones industrializadas intentan parcialmente aliviar problemas extremos. En el caso de los países del continente africano, particularmente en el África sub-Sahara, los diferentes programas de ayuda han canalizado miles de millones de dólares en las pasadas décadas; sin embargo, los problemas subsisten y aumentan. A lo largo de los años, y a pesar de los programas internacionales de ayuda humanitaria, los niveles de pobreza extrema en los países africanos no han disminuido.

Los problemas y la urgente necesidad de cambios de estrategia han sido puestos de manifiesto en diversos foros internacionales, incluyendo las reuniones de jefes de estado de los grupos G8, G8+5 y G20. Las estrategias requeridas deben incorporar como elementos principales la construcción de capacidades internas dentro de los países que permita el crecimiento y fortalecimiento de la infraestructura e instituciones y aprovechamiento efectivo de los recursos naturales. Paradójicamente, varias de las naciones más pobres en África poseen abundantes recursos minerales y energéticos al tiempo que la mayoría de la población subsiste por debajo de los niveles de pobreza. Las nuevas estrategias, entre ellas aquellas que promuevan y fortalezcan las inversiones en educación, incluyendo la educación superior, tienen urgente necesidad de impulsarse. Diversos estudios han analizado los problemas que enfrentan estas naciones, que entre otros factores en común se caracterizan por bajos niveles educativos y pobre desarrollo en ciencia y tecnología. Los problemas en los sistemas educativos han sido reconocidos ampliamente y dentro de los objetivos de desarrollo del milenio figuran especialmente la educación superior e investigación científica. La red de Academias de Ciencia de África NASAC ha manifestado la importancia crítica de fortalecimiento de las capacidades científicas y tecnológicas de la región como requisito indispensable para el desarrollo, enfatizando la necesidad de contar con una masa crítica de científicos y tecnólogos de nivel internacional, capaces de enfrentar los desafíos y problemas del continente.

Recientemente un grupo amplio de académicos de varios países encabezados por el profesor David Strangway de Canadá han colaborado para formular un programa de apoyo a la educación superior e investigación científica en África denominado “Academic Chairs for Africa”, a través del establecimiento de mil posiciones a nivel de profesor en las universidades del continente. Los propósitos son múltiples e incluyen prominentemente el contribuir a la creación de las capacidades internas en el continente y que la toma de decisiones para las diferentes actividades y acciones sean tomadas desde dentro. La intención es promover que científicos y tecnólogos africanos que actualmente trabajan en países desarrollados tengan las opciones para un regreso a África en condiciones más favorables y con mayores posibilidades de contribuir.

En este contexto, se ha cuestionado si esta propuesta de creación de plazas en universidades es viable, ¿qué posibilidades tiene de tener éxito?, ¿cuál será su contribución al desarrollo de los países en el continente?, e incluso que tiene que ver esta propuesta con nuestro país o el resto del mundo en desarrollo. El financiamiento del programa se ha planteado a los países del grupo G8+5, y esta petición incluye la argumentación y análisis de su viabilidad, objetivos y perspectivas. Los desafíos son grandes, ya que no solo salarios a niveles de Europa o Norteamérica serán garantía para que los científicos que regresen a África tengan las condiciones mínimas adecuadas y efectividad esperadas. ¿Qué se espera de México y de otros países?, ¿en qué podemos contribuir? Las tareas son muchas y diversas y la participación de la comunidad académica internacional será determinante para el futuro de la empresa. Entre las tareas, un paso importante es la creación de redes de científicos e instituciones en los diferentes países, con capacidades de traspasar a través de las barreras entre campos del conocimiento, políticas y sociales, interconectar y colaborar para resolver desafíos compartidos. La comunidad científica en el país puede contribuir al éxito de la iniciativa por medio de programas de colaboración, intercambio y estancias académicas de colegas y estudiantes, estudios de posgrado y post-doctorado, y programas conjuntos de investigación y desarrollo tecnológico.

 

Para que los habitantes de las naciones africanas tengan un futuro, deben desarrollar las capacidades humanas y de infraestructura interna para una participación menos desigual en una economía globalizada impulsada y basada en el conocimiento.

 

*Integrante del CCC y participante en el programa internacional “Academic Chairs for Africa”

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