DR.
WOLF LUIS MOCHAN BACKAL INSTITUTO
DE CIENCIAS FISICAS UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Presente Adjunto
al presente mensaje me permito hacerle llegar el artículo escrito por la
Consejera, Dra. Josefina Zoraida Vázquez Vera, titulado, “Una
nueva desilusión educativa segunda parte”, publicado el día de hoy en la
sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy. Aprovecho
la ocasión para mandarle un cordial saludo. Atentamente, Dr.
Rigoberto Aranda Reyes Secretario
de Comunicación Consejo
Consultivo de Ciencias de la Presidencia
de la República (CCC) San
Francisco No. 1626-305 Col.
Del Valle Delegación
Benito Juárez 03100
México, D.F. Teléfonos (52
55) 5524-4558, 5524-9009 y 5534-2112 Una nueva desilusión educativa: segunda parte La
semana pasada, narraba en este espacio mi experiencia al presidir el Consejo
para la elaboración y revisión de los libros de texto de los programas de
Historia de México y de Historia Universal. Formada
la comisión interinstitucional de Historia, los elegidos como Consejo nos
reunimos periódicamente con los maestros especialistas en Historia de la SEP
para elaborar el programa de enseñanza secundaria de Historia Universal y
después de varios meses, a principios de 2005 estuvo listo para su impresión.
El programa se presentó a los jefes de clase y se experimentó en escuelas
elegidas para el caso. Al mismo tiempo se continuó con la elaboración del
programa de Historia de México. Este trabajo intensivo de los investigadores no
causó un solo gasto a la SEP, pues se consideró que era una colaboración de las
instituciones involucradas. Los
miembros del Consejo revisaron los programas de educación primaria y los libros
de Telesecundaria. También ofrecieron conferencias para jefes de clase de los
estados, revisaron y contestaron sus comentarios. Fue algo deprimente leer los
comentarios de los maestros, pues rechazaban todo cambio y afirmaban que no
había información sobre Asia y África, por lo que optamos por hacer
bibliografías de libros publicados en español. Listos los programas, hubo que
defenderlos con la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados. El
subsecretario Lorenzo Gómez Mont me pidió que acompañara al personal de la SEP
que lo acompañaría, para hacer la defensa del programa de Historia. El
Consejo de Historia había trabajado más de un año, cuando la SEP lo extendió a
las otras materias en 2006 por acuerdo secretarial. El Acuerdo 384 le dio
formalidad a los consejos interinstitucionales. En
mayo de 2006 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo
secretarial número 384 en que se establece el nuevo plan y los programas de
estudio para la educación secundaria 2006. Este acuerdo incluye, como una línea
estratégica de política curricular, la instalación de Consejos Consultivos
Interinstitucionales (CCI) y de un Consejo Consultivo General (CCI), cuya
función principal es revisar y proponer de manera permanente y sistemática
mejoras continuas a todos los componentes del desarrollo curricular: los
contenidos y enfoques de enseñanza, estrategias didácticas, los materiales de
apoyo al estudio y al aprendizaje, y los mecanismos y acciones de gestión
escolar. Aunque
se suponía que las reuniones serían presididas por el subsecretario, sólo
apareció en la primera, pues en las otras aparecieron funcionarios menores y
poco a poco se volvieron ocasionales. El
trabajo del Consejo de Historia mantuvo su ritmo hasta que aparecieron los
libros de texto de primaria de Historia de 6° año, que respondían al nuevo
programa de Educación Básica. Los nuevos programas de 2006 se habían
experimentado en un número de escuelas del país, pero para 2008 se
generalizaron. En 2009 al aparecer los libros de texto gratuito de 6° grado,
correspondiente a Historia Universal, mostraron algunos errores. Es difícil
evitarlos, pero por desgracia algunos eran importantes. Las críticas se
multiplicaron, a las que se sumó el doctor Olac Fuentes, ex subsecretario de
Educación Básica, quejándose de que marginaba la historia de México para
ocuparse de Historia Universal. En realidad era el menos indicado para presenta
tal queja. Desde hacía décadas, el 3° y 4° se dedicaban a Historia de México y
5° y 6° a Historia Universal, el primero de la Prehistoria al siglo XVIII y el
segundo de la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa a
nuestros días. Esta secuencia se rompió cuando en 1992 se desplazaron los
libros vigentes, declarando que los tres años impartirían sólo Historia de
México con un libro coordinado por conocidos historiadores y cuya renovación
causó un escándalo mayúsculo que llevó a cancelarlo. Entonces la SEP encargó a
Felipe Garrido, conocido escritor, redactar los libros de Historia, logrando
elaborar los libros de Historia de México para 4° año y el de Historia
Universal para 5° (de la Prehistoria hasta el siglo XVII). Por razones que
desconozco nunca apareció el de 6° que debía abarcar hasta nuestros días y se
decidió volverles a entregar el de Historia de México. Personalmente me dirigí
al secretario del subsecretario Fuentes para señalar el faltante y la necesidad
de elaborarlo o en su defecto republicar el anterior. No se hizo nada y hasta
el 2009 los alumnos de 6° año continuaron sin aprender nada sobre el mundo
contemporáneo. La crítica del doctor Olac Fuentes desató el escándalo y, por mi
vieja preocupación por el tema, algunos periodistas me empezaron a llamar. La
maestra Edith Bernáldez, directora general de Materias y Métodos Educativos, me
pidió que defendiera el tema, como presidenta del Consejo de Historia. Dado que
hasta ese momento el Consejo de Historia había cumplido con sus tareas,
mencioné a los periodistas su existencia y su objeto y llegué a comprometerme
con los periodistas de Proceso (30 de agosto de 2009) y de la Jornada (27 de
agosto de 2009 y 24 de julio de 2010) a que se corregirían los errores. En
realidad, el escándalo significó la suspensión de los Consejos
interinstitucionales. Se había convocado ya la reunión de septiembre de 2009 y
poco antes de la fecha fijada recibimos un mensaje con el aviso que se
suspendían las reuniones de los Consejos, “por falta de
presupuesto”. Esto era una verdadera burla, pues nunca recibimos pago
alguno los miembros del Consejo y éste no implicaba otro gasto que café,
galletas, agua y tres boletos, uno de Nuevo Laredo, Tamaulipas, otro de Jalapa,
Veracruz, y uno más, de Zamora, Michoacán. Ese fue el fin de los consejos por
orden del subsecretario, pasando por el Acuerdo Secretarial de mayo de 2006,
publicado en el Diario Oficial de la Federación y sin explicación para las
instituciones que lo habían constituido y sin agradecer los servicios
prestados. Una
nueva desilusión para un empeño honesto de ayudar a mejorar la enseñanza
impartida en nuestras escuelas. Los dirigentes de las instituciones de
investigación comprendieron la importancia de que investigadores calificados
vigilaran la enseñanza de sus ramas del conocimiento, pero al final, una vez
más, una buena idea era borrada de un plumazo por la voluntad de un funcionario
que parecía empeñado en impedir que la educación salga de la mediocridad en la
que se encuentra. consejo_consultivo_de_ciencias@xxxxxxxxxx |