DR.
WOLF LUIS MOCHAN BACKAL INSTITUTO
DE CIENCIAS FISICAS UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Presente Adjunto
al presente mensaje me permito hacerle llegar el artículo escrito por el
consejero Dr. Jaime Urrutia Fucugauchi, titulado, “Desastres
asociados a fenómenos naturales”, publicado el día de hoy en la
sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy. Aprovecho
la ocasión para mandarle un cordial saludo. Atentamente, Dr.
Rigoberto Aranda Reyes Secretario
Ejecutivo Adjunto Consejo
Consultivo de Ciencias de la Presidencia
de la República San
Francisco No. 1626-305 Col.
Del Valle Delegación
Benito Juárez 03100
México, D.F. Teléfonos (52
55) 5524-4558, 5524-9009 y 5534-2112 Jaime Urrutia Fucugauchi* | Opinión 2011-08-10 | Desastres asociados a
fenómenos naturales Aprincipios de julio se llevó a cabo la tercera etapa del
proyecto sobre Riesgos Naturales Extremos e Implicaciones Sociales (ENHANS), el
cual forma parte de los programas de mitigación y prevención de desastres de la
Unión Internacional de Geodesia y Geofísica (IUGG). Esta etapa incluyó la
organización de sesiones científicas, análisis y evaluación y un foro abierto,
dentro del congreso “Earth on the Edge: Science for a Sustainable
Planet” de la IUGG, realizado en Melbourne, Australia. El proyecto ENHANS
forma parte de las acciones realizadas por IUGG dentro de los programas del
Consejo de Uniones Científicas ICSU sobre desastres asociados a fenómenos
naturales, que incluye al programa Integral de Investigaciones sobre Riesgos de
Desastres (IRDR). El proyecto ENHANS y el programa IRDR constituyen las nuevas
actividades iniciadas en 2010 y que reflejan el interés y preocupación sobre
los efectos asociados a fenómenos naturales y a la actividad humana de parte de
ICSU, las uniones internacionales de geociencias y de ciencias sociales y la
comunidad académica. En
la evaluación y planteamiento del plan científico para IRDR se comenta que en
las últimas décadas el impacto de fenómenos naturales con capacidad destructiva
se ha incrementado significativamente, asociado al aumento de la población,
actividades industriales, pobreza y cambios demográficos. La frecuencia de
desastres, por ejemplo, se ha incrementado de aproximadamente 100 por década
entre 1900 y 1940, de 650 para la década de 1960, alrededor de 2,000 para la
década de 1980 y cerca de 2,800 para la década de 1990. La mayoría de los
desastres ha estado asociada a fenómenos hidrometeorológicos y relacionados al
clima, tales como huracanes, tormentas, inundaciones, deslizamientos de
terreno, incendios, ondas de calor y sequías. Otra parte ha sido asociada a
sismos, tsunamis y erupciones volcánicas. En
los últimos años, desastres mayores incluyen al temblor de Indonesia y tsunami
del Océano Índico en diciembre de 2004, los sismos de Haití y de Chile en 2010,
y recientemente al sismo y tsunami de Tohoku en Japón en marzo de 2011. Estos
desastres, desafortunadamente, han ocasionado altas pérdidas de vidas humanas,
además de daños económicos, afectación de infraestructura y problemas
relacionados a efectos de más largo plazo. Estos desastres y aquellos
relacionados a las erupciones volcánicas de Islandia y de Chile, los incendios
en Australia y las inundaciones y sequías en varias regiones del mundo, además
de ejemplificar la capacidad destructiva de los fenómenos naturales, ilustran
diferencias en la magnitud de las pérdidas e impacto en la sociedad. Estos
desastres también ejemplifican las diferencias en las infraestructuras,
programas de mitigación y prevención, organización y capacidad de respuesta de
los gobiernos y sociedad y en la generación de programas de investigación y de
protección a corto y largo plazo. El
proyecto ENHANS y el programa IRDR están concentrados en los aspectos de
investigación relacionados a los desastres generados por fenómenos naturales y
a las actividades humanas que incrementen o propicien los impactos de los
fenómenos, incluyendo prácticas de usos de suelo, infraestructuras inadecuadas,
asentamientos en zonas de riesgo y sistemas deficientes o inexistentes de
mitigación y protección a la población. Con ello se reconoce y enfatiza que los
desastres tienen como componente principal al factor humano, y que la
frecuencia cada vez mayor de desastres es debida al incremento de la población,
cambios demográficos, pobreza y asentamientos en zonas de riesgo con
infraestructuras deficientes. Aspectos importantes en este contexto son la
falta de coordinación e implementación de la información científica y
desarrollos tecnológicos dentro de los programas de mitigación y reducción de
riesgos. Desastres como los generados por el tsunami en el Océano Índico, que
afectó y provocó pérdidas de vidas humanas muchas horas después del temblor,
cuando el fenómeno estaba siendo monitoreado y analizado en los sistemas de
observación, instituciones de investigación y redes de información y noticias,
manifiestan la falta de coordinación entre las redes instrumentales de
monitoreo, las agencias gubernamentales y los programas de protección y
mitigación en los diferentes países. La población no contó con información
oportuna sobre acciones posibles de protección y no se tuvo la respuesta
adecuada de los gobiernos. La respuesta, en la mayoría de los casos, vino en
acciones posteriores al desastre, que si bien en su momento fueron necesarias y
urgentes, incluyendo los programas de ayuda humanitaria, parte de los daños y
pérdidas hubiera podido ser evitada. Sin embargo, el “hubiera” no
sirve. Los
programas tales como ENHANS e IRDR retoman que los “hubiera” no
sirven y plantean como objetivos principales la construcción y generación de
capacidades efectivas en las diferentes naciones para la reducción y mitigación
de desastres asociados a fenómenos naturales. Capacidades
en infraestructura, toma de decisiones informadas basadas en la investigación y
desarrollo tecnológico y en desarrollo social, y la planeación adecuada a corto
y largo plazo, de tal forma que en una década fenómenos con capacidad
destructiva similar ocasionen menores pérdidas de vidas humanas, menor daño de
infraestructura y menos población afectada. Si bien los efectos de los
desastres son mayores en los países pobres, en los cuales se tienen
repercusiones a corto y largo plazo, los desastres tienen capacidad de
afectación a las naciones industrializadas y aquéllas en desarrollo. Las
lecciones recientes ilustran que las acciones encaminadas a la reducción y
mitigación efectiva deben contemplar la cooperación internacional, dentro de
programas integrales y uso adecuado de la infraestructura de monitoreo y
diseminación de la información. En este contexto, los programas internacionales
deben contar con la organización que integre a científicos y participantes de
los diferentes países; por otro lado, los países deben facilitar y propiciar la
participación dentro de los programas y comprometerse a emplear e incorporar
los resultados y recomendaciones. Dentro
de los objetivos del proyecto ENHANS de IUGG se tienen: Mejorar
la comprensión de los fenómenos críticos asociados a eventos naturales extremos
y analizar los impactos de riesgos naturales a la sociedad Promover
y desarrollar investigaciones sobre predicción de eventos extremos, reduciendo
las incertidumbres en la capacidad predictiva e incrementar las capacidades
sobre prevención y mitigación de riesgos, así como poner de manifiesto y
transmitir en forma efectiva los conocimientos y resultados a los órganos de
gobierno para la implementación de políticas sociales y económicas y la toma de
decisiones Diseminar
y poner a disposición los conocimientos y datos para la comunidad académica
internacional y en especial a países en desarrollo Establecer
las redes y contactos con las organizaciones internacionales que coordinan y
desarrollan las investigaciones sobre riesgos naturales extremos y sus
implicaciones para la sociedad. Los
programas de investigación y colaboración internacional como IRDR plantean
objetivos y metas ambiciosas, al tiempo que resaltan y enfatizan los peligros a
la sociedad de no implementar oportunamente actividades y acciones de este
tipo. Para los próximos años, los fenómenos con capacidad de ocasionar
desastres asociados al cambio climático, se prevé, se intensificarán y, con
ello, la posibilidad de nuevos desastres. Los países en desarrollo confrontan
situaciones y problemas apremiantes, tales como pobreza extrema, hambrunas y
desnutrición, desarrollo social y económico desigual, enfermedades, epidemias,
altos índices de criminalidad, problemas políticos y confrontaciones bélicas. Dentro
de estos contextos cabe preguntarse, ¿qué prioridad debe asignarse a las
acciones de mitigación y prevención de desastres?, ¿qué responsabilidad tienen
los órganos de gobierno y la comunidad de investigación? En la evaluación de
alternativas debemos considerar que las acciones de ayuda posteriores a los
desastres no tienen capacidad para devolver las vidas perdidas. *Miembro
del CCC, **
Instituto de Geofísica, UNAM y Ligia Pérez Cruz** consejo_consultivo_de_ciencias@xxxxxxxxxx |