Ing. Jaime
Urrutia Fucugauchi* y Ligia Pérez Cruz** |
Opinión 2012-06-27
Río+20 Retos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre
Desarrollo Sustentable
El pasado
miércoles 20 de junio inició formalmente la reunión de la Conferencia de la
Organización de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, con la
participación de líderes mundiales -entre presidentes, primeros ministros,
delegados y representantes de los gobiernos, Secretariado de la Conferencia,
agencias de la ONU, organizaciones intergubernamentales, organizaciones no
gubernamentales y la iniciativa privada- de aproximadamente 193 países. Con
esta reunión culminaron una serie de trabajos y actividades dirigidos a
construir programas y acuerdos internacionales que permitan un desarrollo
sustentable para las diferentes naciones en un contexto global. La
Conferencia, denominada Río+20 en referencia a la anterior Conferencia sobre
Ambiente y Desarrollo (UNCED) realizada en Río de Janeiro en 1992, se centró
en dos temas fundamentales sobre: (1) una economía verde para lograr un
desarrollo sustentable y la erradicación de la pobreza, y (2) la coordinación
internacional y los marcos institucionales para el desarrollo sustentable.
Los trabajos preparatorios se enfocaron en siete áreas, que abarcan empleo,
recursos energéticos, ciudades sustentables, seguridad alimentaria y
agricultura sustentable, agua, los océanos y mitigación de desastres.
La Conferencia
Río+20, que se llevó a cabo entre el 20 y 22 de junio en Río de Janeiro,
Brasil, tuvo como parte de sus objetivos principales la construcción de las
políticas y el lograr los acuerdos internacionales para un desarrollo
sustentable. Río+20 incluyó un conjunto de actividades más amplio con
reuniones y foros paralelos, dirigidos a extender los alcances de la agenda
de la Conferencia. En este marco, los retos que enfrentó fueron grandes.
Río+20 inició en un contexto adverso y difícil para avanzar en sus objetivos
principales. Entre los obstáculos y elementos distractores se tuvieron la
crisis financiera de los últimos años, los problemas en la Comunidad Europea,
los conflictos que aquejan a varias naciones, y la situación política y
económica internacional. Róo+20 inició justo al término de la reunión del
G-20, realizada en Los Cabos, Baja California, y dentro de un marco de
discusiones sobre los problemas económicos y las necesidades de impulsar las
economías y reducir los efectos de la recesión. Varios de los dirigentes de
estas economías mayores, incluyendo a los Estados Unidos y a Alemania no
participaron en Río de Janeiro, disminuyendo las posibilidades reales de
construir los programas y políticas internacionales entre los gobiernos y
lograr los acuerdos necesarios para su implementación.
En este
contexto de crisis financiera y conflictos, cabría cuestionarse sobre el
interés de las naciones en el desarrollo sustentable, economías verdes,
protección ambiental y la importancia de lograr acuerdos internacionales. ¿A
quién y para qué sirven? ¿Es responsabilidad de las naciones
industrializadas? ¿Cuál es el papel de los países en desarrollo? ¿Es parte de
la agenda internacional? ¿Cuáles son las opciones reales de construir
acuerdos? Las expectativas generadas sobre los resultados de Río+20
incluyeron el consolidar y extender los acuerdos alcanzados en la Conferencia
anterior de Río UNCED en 1992 y las resoluciones y programas en la Cumbre
sobre Desarrollo Sustentable (WSSD) celebrada en Johannesburgo, África del
Sur en 2002. Una componente importante de UNCED 1992 fue la construcción de
la Agenda 21, que contiene los programas de las Naciones Unidas para el
Desarrollo Sustentable. La implementación y avances en las acciones y
programas forman parte de las responsabilidades de la ONU y su Comisión de
Desarrollo Sustentable. Los programas y compromisos fueron ratificados en la
Reunión de la ONU de 1997 y la Cumbre de Johannesburgo, junto a la
construcción de las Metas de Desarrollo del Milenio. Éstas incluyen 8 metas:
·
Erradicar la pobreza extrema y las hambrunas
·
Lograr la cobertura global en educación primaria
·
Promover la equidad de género
·
Reducir las tasas de mortandad infantil
·
Mejorar los cuidados maternales y salud de las madres
·
Combatir las enfermedades, incluyendo HIV/SIDA y
malaria
·
Asegurar la sustentabilidad ambiental
·
Desarrollar acuerdos globales para el desarrollo
Las Metas del
Milenio, apoyadas por 193 naciones integrantes de la ONU, adoptaron objetivos
específicos con plazos que concluyen en el 2015. Este programa ha generado
críticas en diversos sectores, incluyendo comentarios sobre su implementación
y la ausencia de otras metas relevantes para el desarrollo de los países. Sin
embargo, el programa del milenio ha permitido avances en diferentes aspectos
y proporcionado un marco de cooperación internacional. Como parte del
programa en 2005 los Ministros de Finanzas del G-8 acordaron proveer fondos
al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Africano de
Desarrollo, que permitieran solventar las deudas por 40-55 mil millones de
dólares de los países menos desarrollados y que estos fondos puedan emplearse
en financiar los programas sociales necesarios para reducir los índices de
pobreza extrema.
Las siete
áreas definidas para Río+20 abarcaron aspectos críticos para el desarrollo de
los diferentes países, incluyendo a las naciones industrializadas y en
desarrollo del G-8 y del G-20 así como al resto de las naciones. Las
expectativas de consolidar los acuerdos y sentar las bases para su implementación
sin embargo como se comentó al inicio no fueron buenas. El boicot de los
Estados Unidos en la Cumbre WSSD 2002 de Johannesburgo y la oposición en el
Congreso norteamericano a la Agenda 21 fue parte de los elementos adversos
para Río+20. Ello, sin embargo, debe enfatizar la importancia y necesidad de
lograr acuerdos internacionales que permitan un desarrollo sustentable, que
debieran impulsarse decididamente por la comunidad internacional.
La
responsabilidad y compromisos abarcan a todos las naciones. Puede
comprenderse que los países tienen diferentes niveles de desarrollo económico
y social, así como diferentes capacidades para abordar un desarrollo
sustentable. Por ello, los problemas y necesidades plantean dificultades
específicas y varias naciones confrontan problemas urgentes. Los foros
internacionales como Río+20 debieran ser considerados seriamente como
oportunidades para impulsar acuerdos y la participación en la toma de
decisiones. Desafortunadamente, en una buena parte de los países la sociedad
no está informada adecuadamente y considera estos temas como lejanos a sus
preocupaciones cotidianas, con lo cual se tiene baja o nula injerencia e
influencia en los gobiernos. No obstante que los temas abordados en Río+20
como empleo, recursos energéticos, ciudades sustentables, seguridad
alimentaria y agricultura sustentable, agua y reducción de riesgos y
mitigación de desastres forman parte de la problemática del país, estos no
forman parte integral de las agendas de análisis y discusión y no se cuentan
con los programas estructurados a corto y largo plazo.
En el
contexto global, el desarrollo sustentable abarca el desarrollo económico,
desarrollo social y la protección ambiental en forma integral y con
proyección a garantizar el desarrollo a corto, mediano y largo plazo. La
definición del desarrollo sustentable en el contexto de la Conferencia
Río+20, como desarrollo que afronte las necesidades actuales sin afectar y
comprometer las capacidades de las futuras generaciones, expone la responsabilidad
que todos tenemos, los retos que este desarrollo representa y los compromisos
a asumir.
* Miembro del
CCC
**
Investigadora Instituto de Geofísica, UNAM
consejo_consultivo_de_ciencias@xxxxxxxxxx
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