DR.
WOLF LUIS MOCHAN BACKAL INSTITUTO
DE CIENCIAS FISICAS UNIVERSIDAD
NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Presente Adjunto al
presente mensaje me permito hacerle llegar el artículo escrito por el consejero,
el Dr. Jaime Urrutia Fucugauchi, titulado, “El cráter Chicxulub y la
extinción de los dinosaurios”,
publicado el día de hoy en la sección Opinión del periódico La Crónica de Hoy. Aprovecho
la ocasión para mandarle un cordial saludo. Atentamente, Dr.
Rigoberto Aranda Reyes Secretario
Ejecutivo Adjunto Consejo
Consultivo de Ciencias de la Presidencia
de la República San
Francisco No. 1626-305 Col.
Del Valle Delegación
Benito Juárez 03100
México, D.F. Teléfonos (52
55) 5524-4558, 5524-9009 y 5534-2112 Jaime Urrutia Fucugauchi* | Opinión
2011-10-05 | El cráter Chicxulub y la
extinción de los dinosaurios Hace treinta años, en 1981 los geofísicos Glen Penfield y
Antonio Camargo Zanoguera propusieron que, oculto en la península de Yucatán,
se encontraba un cráter de grandes dimensiones: el cráter Chicxulub. Este
estudio se presentó casi un año después de la publicación de Luis Álvarez y
colaboradores, en el que se planteó la ocurrencia de un impacto de grandes
dimensiones como la causa de la extinción masiva de organismos, incluyendo a
los dinosaurios, que marcó el fin de la Era Mesozoica. En la publicación se
proponía que el impacto generó efectos globales que alteraron el clima y el
ambiente del planeta hace 65.5 millones de años, afectando los sistemas de
soporte de vida y causado la desaparición de 75 por ciento de las especies. La
propuesta generó un gran interés en la comunidad científica, el cual se ha
mantenido durante estas tres décadas, y que ha sido comentado en los medios de
difusión como la teoría del impacto para la extinción de los dinosaurios. Aunque los resultados del hallazgo de Chicxulub y la
posible relación con las extinciones se analizaron en el reporte de 1981,
transcurrirían otros diez años antes de que la conexión entre la teoría del
impacto y Chicxulub se estableciera. A partir de 1991, el cráter ha estado
ligado a los estudios sobre las extinciones masivas y a cambios en la
biodiversidad, que incluyen a los mamíferos y, entre ellos, a los primates. Los
cambios en la Tierra ocurridos en la frontera del Mesozoico al Cenozoico marcan
una de las transiciones mayores y, en este contexto, el impacto Chicxulub es
uno de los eventos críticos que cambiaron la historia de la vida. No obstante que en la literatura científica se tiene un
gran número de publicaciones y que las investigaciones han sido comentadas en
los medios de divulgación en ciencia, en nuestro país se ha dado relativamente
menor difusión. En los años anteriores a la presentación del hallazgo de
Chicxulub a fines de la década de los años 70, Penfield y Camargo Zanoguera
analizaron los datos de los estudios geofísicos de los programas de exploración
en el sureste de México, llevados a cabo por Petróleos Mexicanos. Hicieron
énfasis en particular en la parte norte de la península de Yucatán, estudios
que les permitieron reconocer valores anómalos del campo magnético en una zona
de la costa, alrededor de Puerto Progreso, y la cual se encontraba a su vez
dentro de una región más amplia con valores anómalos del campo gravitacional.
Estos estudios de gravimetría y magnetometría, junto con otros métodos
geofísicos, forman parte de las herramientas de exploración para investigar el
subsuelo y localizar posibles yacimientos de petróleo y gas. Cabe señalar que
en aquel tiempo eran pocos los cráteres de impacto identificados en la Tierra y
recién se habían iniciado los estudios sobre impactos y formación de cráteres
en la Luna y otros cuerpos del sistema solar. La estructura en Yucatán, con un
diámetro de unos 200 kilómetros, representó uno de tan solo tres cráteres de
mayor tamaño documentados para el registro terrestre. Los estudios posteriores
en la década de los 90 confirmarían el origen de impacto y revelarían su
morfología y características como un cráter complejo tipo multi-anillo. En el proceso de formación del cráter ocurrió la
excavación de grandes volúmenes de roca de la corteza y la eyección de material
fragmentado, una buena parte expulsado fuera de la gravedad terrestre y otra
parte distribuido en forma global en el planeta. El material arrojado fuera de
la excavación (la que alcanzó profundidades de unos 25 kilómetros en unos
cuantos segundos) ocasionó severos efectos en el ambiente, incluyendo el
calentamiento de la parte alta de la atmósfera, con el reingreso de fragmentos
en forma de lluvia de miles de meteoritos, generando un pulso térmico conocido
como “la bola de fuego”. El material más fino formó una capa de
polvo que cubrió el planeta y bloqueó la radiación solar. La nube de polvo
provocó un descenso en la temperatura e interrumpió los procesos de
fotosíntesis por un periodo de varios meses. La entrada del polvo al
depositarse generó efectos ambientales mayores de lluvia ácida, y en los mares,
procesos de acidificación, afectando a los organismos. Los efectos a largo plazo se han documentado a partir de
los registros geológicos, los que sugieren cambios climáticos tales como: un
enfriamiento inicial por el bloqueo de radiación solar, seguido de un
calentamiento asociado a la inyección de grandes volúmenes de dióxido de
carbono, vapor de agua y otros gases provenientes de la volatización de la
plataforma de Yucatán. En las zonas cercanas al impacto, hasta distancias de
unos 2000 kilómetros, los efectos fueron mayores. El impacto provocó
deformaciones y colapsos de los márgenes de la plataforma de Yucatán y la
generación de enormes tsunamis, cuyos efectos han sido documentados en una
amplia zona del Océano Atlántico. Los depósitos de tsunami asociados a
Chicxulub son los más grandes documentados en el registro geológico, un orden
de magnitud mayor que los registrados, por ejemplo, para el tsunami del Océano
Índico en diciembre de 2004 y que afectó una extensa zona, desde Indonesia
hasta África. Los efectos del impacto en los sistemas de soporte de
vida y los mecanismos de extinción han sido intensamente investigados y
debatidos a lo largo de estas tres décadas. En los últimos años, por sus
implicaciones con los cambios globales actualmente en proceso y sus
repercusiones para los organismos, estos estudios se han ampliado para incluir
las condiciones y mecanismos que permitieron a ciertas especies sobrevivir a
los efectos del impacto, y sobre los procesos de diversificación y recuperación
de la biosfera. ¿En cuánto tiempo y en qué forma se afectaron las condiciones
en el planeta? Las investigaciones en la zona cercana al impacto en Yucatán
constituyen una importante componente, crítica para entender los diferentes
procesos y efectos. Por ejemplo, en los estudios de núcleos de sedimentos
recobrados en los programas de perforaciones marinas a los largo de las costas
del Atlántico, se registran la secuencia de eventos, con las capas depositadas
antes del impacto ricas en microfósiles del Cretácico, la capa de material
fragmentado de la eyecta de impacto, seguida de la capa de la bola de fuego y
las capas de sedimentos depositadas tiempo después de la catástrofe. Los
fósiles encontrados en las primeras capas y en las últimas son distintos,
indicando el recambio de especies. Entre la capa de la bola de fuego y las
capas basales del Cenozoico se observa un intervalo caracterizado por la
ausencia de restos fósiles conocido como “la capa de los océanos
vacios”. La capa representa un compás de espera entre la extinción de la
biota marina y la recolonización de los ecosistemas en los principios del
Cenozoico. En las pasadas tres décadas, a partir del estudio de
Camargo Zanoguera y Penfield, las investigaciones sobre el impacto y sus
efectos han desentrañado nuevos elementos para entender los complejos procesos
y relaciones asociadas a las extinciones masivas, los efectos de impactos y las
implicaciones en los procesos evolutivos. El impacto Chicxulub marca uno de los
eventos importantes en la evolución de la vida en la Tierra, coloquialmente con
la transición de la era de los dinosaurios a la era de los mamíferos. En los
próximos años, los estudios sobre Chicxulub continuarán proporcionando nuevos
resultados sobre aspectos fundamentales relacionados a impactos y la evolución
de la vida. Miembro del CCC |