El pasado domingo 22 de julio se celebró la tercera carrera del campeonato Toyota Electratón LTH 2007. Aquí hay una brevísima reseña de nuestros resultados.
Finalmente, ya aparecieron los resultados oficiales de la carrera. Los organizadores nos dieron la razón parcialmente (ver 24/VI/07 abajo), en el sentido de que reconocieron que sí ganamos el primer lugar en la segunda competencia. Sin embargo, aún no nos permiten ver el video de la misma ni el de la primera competencia e insisten en su política de poca transparencia, con lo cual siguen dañando el prestigio de una noble competencia. Por ello, yo insisto en mi protesta.
Los resultados oficiales de ambas carreras tienen varios errores aún. Algunos de ellos son muy evidentes, pero no los señalaremos aún. Por dar un ejemplo de errores más sutiles, permítanme mostrar los tiempos por vuelta dados por nuestro auto, el Taquión (el cual los organizadores llaman el Micrón, mientras que al Neutrino lo llaman Taquión). La siguiente figura muestra por un lado los tiempos por vuelta de acuerdo a las estadísticas, las cuales reportan dichos tiempos con una resolución de milésimas de segundo. Por otro lado, también muestra los tiempos por vuelta calculados como la resta entre dos pasos consecutivos por la meta. Ambos resultados deberían ser iguales. Podría haber una pequeña discrepancia, pues los pasos consecutivos fueron reportados con una resolución de sólo décimas de segundo, por lo cual podríamos esperar errores de más o menos una décima. Sin embargo, la figura muestra diferencias de hasta cuatro segundos y comportamientos totalmente distintos conforme avanzaba la carrera; no hay correlación entre ambas curvas, las cuales deberían haber coincidido, y las discrepancias casi llegan al 10%.
Otro resultado curioso es que según los resultados preliminares los dos primeros vehículos habíamos dado 68 vueltas. ¿Cómo es que el resultado oficial sólo cuenta 67 vueltas? ¿Será que nuestros transponders, registraron vueltas de más en lugar de vueltas de menos por no haber sido colocados verticalmente?
Otro dato interesante: la carrera terminó cuando el reloj de los organizadores marcaba 34:47.7 siendo que la carrera inició cuando su reloj marcaba 37:10.8 (de acuerdo a las 'estadísticas'). Esto significa que la carrera duró 57 minutos, 36.9 segundos. Al ritmo que llevaban los punteros, había tiempo para al menos dos vueltas completas más por parte de los punteros. De acuerdo al reglamento la carrera debe durar una hora, por lo que un error de más de un minuto (los punteros hacíamos menos de un minuto por vuelta) es inaceptable.
Los datos anteriores y otros no mostrados aquí muestran que, como es evidente en toda actividad humana, los organizadores pueden y han cometido errores. ¿Por qué impedir entonces que se resuelvan los conflictos derivados de dichos errores de una manera civilizada y objetiva? Seguramente, la irritación y desconfianza que los organizadores inducen en los equipos participantes y en el público con su actitud no es buena para el campeonato, ni para los competidores ni para los generosos patrocinadores. Sigo entonces insistiendo: los videos y toda la información cruda que sobre la competencia tengan los organizadores debe emplearse para resolver dudas y conflictos y debe compartirse con los competidores.
Por otro lado, agradezco a los organizadores sus indicaciones sobre cómo colocar los transponders para minimizar errores y su crítica sobre cómo durante años hemos colocado mal el nuestro. Sin embargo, no es correcto recurrir a la lectura de los 'transponders' como único criterio para decidir el resultado de futuras competencias; como señalaron los organizadores, la antena que registra las vueltas es sensible al campo electromagnético y los motores eléctricos de escobillas son una fuente de un intenso ruido electromagnético. Aunque un competidor mantenga alejado su transponder de su motor y de sus cables, siempre puede ser afectado por el ruido que genere otro vehículo cuyo motor pase sobre la antena simultáneamente con su transponder. El sistema computarizado de conteo no es infalible.
Para concluir, quiero insistir en que la intención de mi crítica no es que nos otorguen el primer lugar de la competencia; no me sentiría satisfecho aún si rectificaran su calificación de la competencia y anunciaran públicamente que el primer lugar es nuestro. Lo que yo espero es que el comité organizador reconozca que no es infalible, que la posibilidad de cometer errores existe, que el campeonato tenga establecidos procedimientos para resolver controversias de manera objetiva, a satisfacción de todas las partes involucradas y sin desvirtuar el propósito de esta justa tecnológico-deportiva. No debería haber motivos para ocultar la información que nos permitiría a todos salir de dudas. La arrogancia es muy mala consejera y si perdemos la confianza habremos perdido algo muy valioso.