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NARCOTRAFICO Y SU SOLUCIÓN DURANTE EL CARDENISMO



Me pareció GENIAL
                                    Lucía

> EXTRACTO DEL LIBRO
>
> " LA COSA NOSTRA EN MÉXICO"
> de JUAN ALBERTO CEDILLO.
>
>
> Para enfrentar el aumento de las adicciones, el gobierno del presidente
> Lázaro Cárdenas se deshizo del modelo policíaco que las combatía y decretó
> una "revolucionaria" medida para   su época: legalizó las drogas en el
> último año de su mandato. El 17 de febrero de 1940 se publicó en el Diario
> Oficial de la Federación el nuevo Reglamento Federal de Toxicomanía,  con el
> cual el Estado pretendía crear un monopolio para la venta de fármacos
> prohibidos, los cuales serían distribuidos a los adictos a su costo; de esa
> manera se evitaría que los   compraran a los narcotraficantes.
> El proyecto se había presentado meses atrás al gobierno de Estados Unidos,
> explicando a sus funcionarios que "era imposible acabar con el tráfico de
> drogas debido a la corrupción de la policía y de los agentes especiales, y
> por la riqueza e influencia política de algunos traficantes". El cerebro
> detrás de esa medida fue el doctor Leopoldo Salazar Viniegra, un respetado
> investigador médico que se desempeñaba como director del Departamento de
> Salubridad Pública. Salazar Viniegra argumentó ante funcionarios
> estadounidenses "que sólo había una manera de frenar el tráfico de
> narcóticos en México", y era que el Estado
> creara un monopolio para la venta de fármacos prohibidos a los drogadictos,
> a precio del costo para sacarlos de la influencia de los narcotraficantes.
> Sin embargo, Washington consideró las medidas de Salazar como un "peligro"
> para Estados Unidos y comenzó a cabildear ante el gobierno mexicano para que
> fuera removido de su cargo. Primero intentaron desprestigiar al funcionario,
> quien tenía estudios de medicina en la Sorbona de París y gracias a sus
> investigaciones como neurólogo y en la psiquiatría era considerado "el
> Pasteur mexicano". En esa época realizaba una serie de investigaciones para
> demostrar que la mariguana no era una droga adictiva, que era inofensiva y
> que no producía los daños que se le atribuían. Para demostrar sus
> conclusiones, en una ocasión   distribuyó cigarrillos entre los miembros del
> Comité Nacional de Drogas Narcóticas, sin que supieran que estaban hechos
> con mariguana. Posteriormente escribió en uno de sus   reportes que "no
> sucedió nada anormal entre los fumadores". Además, él personalmente fumaba
> mariguana para que sus interlocutores observaran los cambios en su conducta
> y se  convencieran de que no sucedía nada "anormal".
> Salazar también había realizado estudios con alrededor de 400 presos
> mexicanos, a quienes les surtió gratis cigarrillos de mariguana durante un
> tiempo; de esa manera sacó a los narcotraficantes de las cárceles de la
> ciudad de México. Sus investigaciones también se realizaron en el hospital
> psiquiátrico conocido como "La Castañeda", donde laboró durante 14 años. En
> ese manicomio repartía cigarrillos a los internos para que fumaran la yerba
> en "grandes cantidades". Salazar afirmaba "que la planta no era dañina para
> el ser humano y que nadie había perdido la razón con su uso". Su plan
> consideraba legalizar su siembra y cobrar un impuesto a los agricultores,
> como sucedía con el tabaco.
> Sin embargo, Washington rechazó esas aseveraciones; sus diplomáticos
> protestaron contra el plan del médico mexicano, el cual consideraron como
> peligroso, ya que podría propiciar  una "invasión" de droga desde la
> frontera sur. No obstante, a pesar de la oposición de los diplomáticos
> estadounidenses, en México se autorizó el nuevo reglamento, el 17 de febrero
> de 1940, el cual permitió a los médicos proporcionar drogas a los adictos,
> principalmente morfina, a los precios que el Estado mexicano pagaba por
> ella; un funcionario del Departamento de Salud supervisaría la cantidad que
> se les suministraba. Los adictos deberían estar registrados ante las
> autoridades, y con su número de registro y una receta de su doctor podrían
> adquirir drogas en cualquier farmacia de la capital del país. Sin embargo,
> los farmacéuticos  no podían vender drogas más allá de las autorizadas para
> fines terapéuticos.
> El Departamento de Salud también creó dispensarios para atender a los
> "toxicómanos, a quienes no consideraba delincuentes sino enfermos". En esas
> clínicas el adicto pagaba su dosis y se le suministraba la droga cuando él
> la solicitara. El primer dispensario para drogadictos comenzó a operar en la
> Calle Versalles del centro de la capital; a él acudieron alrededor de 700
> personas. Pagaban 20 centavos por la inyección, y entre 10 y 12 pesos por
> cinco dosis diarias. Salazar afirmó que gracias a ese dispensario, Lola la
> Chata estaba perdiendo alrededor de 2 600 pesos diarios.
> Los burócratas de Washington (verdadera Sede de La Cosa Nostra) cabildearon
> en contra de Salazar con funcionarios mexicanos afines a su punto de vista,
> quienes pronto se aliaron con ellos. Posteriormente gestionaron ante la
> Oficina Central Permanente del Opio, con sede en Ginebra, para que impusiera
> un embargo de medicamentos a México. Esa dependencia era la única
> responsable de autorizar a ciertos países la siembra y producción de opio y
> morfina para fines médicos, productos  que el gobierno mexicano compraba,
> principalmente, en Inglaterra y Holanda, a pesar de que en Sinaloa existía
> una gran siembra de amapola; no obstante, el país no podía procesar el opio
> para crear sus propios medicamentos. A los pocos meses el embargo comenzó a
> tener efecto, y la principal firma farmacéutica de la República Mexicana, la
> empresa alemana Casa Beick Félix y Cía., comenzó a resentir la escasez de
> narcóticos terapéuticos.
> Harry A. Anslinger informó al gobierno de Lázaro Cárdenas que "el embargo
> sería levantado cuando México aprobara la suspensión del reglamento".
> Debido a las presiones de Estados Unidos, el 3 de julio de 1940 el Diario
> Oficial publicó "el Decreto que suspende la vigencia del Reglamento Federal
> de Toxicomanía". La medida se justificó argumentando que debido a la guerra
> en Europa había grandes dificultades para la adquisición de las drogas. La
> diplomacia de Washington se había anotado un trascendental triunfo ante sus
> homólogos mexicanos, enterrando la revolucionaria medida con la que se
> pretendía combatir al narcotráfico en México. A partir de entonces regresó
> el modelo policíaco que perdura hasta nuestros días.
> Tomado del libro:
>  "La Cosa Nostra en México (1938-1950)", Juan Alberto Cedillo, pgs. 24-27.
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